Uno de los mayores enemigos del medio ambiente puede tener
los días contados. El biólogo indonesio Kevin Kumala ha inventado bolsas de
yuca que se biodegradan al entrar en contacto con agua, reduciendo así los 400
años que tardan en hacerlo las de plástico.
Un reciente estudio, publicado en 'Science Advances',
explica que la producción de plástico por parte del hombre hasta el año 2015
asciende a 8.300 millones de toneladas de este material a nivel mundial.
Asimismo, los científicos han previsto que para el año 2050, 12.000 millones de
toneladas de residuos plásticos estén acumulados en vertederos o en la
naturaleza.
Por este motivo, Kevin Kumala ha encontrado la manera de
solventar un problema que amenaza al medio ambiente remplazando este elemento
por unas bolsas biodegradables hechas con resinas de yuca.
Además de cumplir con la misma función que las bolsas
cotidianas de plástico, cuando llegan a los océanos se degradan y se disuelven
en el agua y no dejan ningún residuo tóxico y dañino para el ecosistema y las
especies marinas.
Estas bolsas son el producto estrella de Avani Eco, la
empresa encargada de confeccionarlas. La institución crea muchos más productos
biodegradables con materiales como la caña de azúcar y la maicena. Esta idea ha
sido considerada como una de las más innovadoras de indonesia y ha recibido el
premio 'Most Valued Business Indonesia', que premia a las iniciativas más
responsables con el medio ambiente del país.
Pero ante esta situación Greenpeace toma una posición de
mayor sostenibilidad y no la considera la solución total al problema.
Mientras crece el número de ciudades o provincias que
prohíben su uso, se promocionan estas bolsas alternativas supuestamente
"ecológicas" o biodegradables que, por un lado, también contienen
derivados del petróleo que liberan metales pesados contaminantes y por otro, en
ausencia de políticas y programas de reciclado y recuperación de materiales, no
presentan ventajas ambientales si son dispuestas en rellenos sanitarios o
basurales a cielo abierto.
Presentar a las bolsas biodegradables como una solución al
problema promueve continuar con el consumo irresponsable de las mismas. El
consumo y descarte de las bolsas de plástico lo que es parte de un problema
mucho mayor, que necesita ser solucionado previamente, antes de que la
biodegradabilidad de las bolsas juegue un papel realmente útil y positivo.
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